Me hallo deambulando sin ton ni son en mi casa y me ha dao por ver McGyver, no me preguntéis por qué, es el aburrimiento causado por estas fiestas de Semana Santa en las que celebramos algo que hizo Jesús no sé muy bien qué.
Bueno, el caso es que en el capítulo ha salido una parte bastante curiosa sobre McGyver y su partícula idea de lo que son los vascos.
Como no sé muy bien cómo se pone un cacho de vídeo de un capítulo de Veoh lo he buscado en Youtube y tal ha sido mi alegría y mi asombro que aquí os muestro, tal y como me lo mostró a mi Dios:
El día empezó pronto, concretamente a las 7 de la mañana, cogimos el bus de las 8 menos cuarto y después de que Wering intentase jodernos, pudimos coger el bus a Madrid a las 8 y veinte.
Tras unos metritos y unos andares matutinos, nos congregamos en la parte central de la entrada al Palacio de los Deportes de Madrid, donde a la postre, iba a acontecerse una de las noches más mágicas que un amante del Rock N' Roll pueda vivir.
Pronto empezó por nuestra parte la ingesta de vins, pans y magdalenas, acompañado de unos musetes para hacer la aún fría mañana más llevadera.
Observamos como gente llevaba acampando desde las 8 de la tarde del día anterior, cosa que al principio pretendíamos hacer nosotros, pero que al final no pudo ser, porque no nos sudó de las pelotas principalmente.
Rodeados de alternatas pajeros (como nosotros, salvo por lo de alternatas, bueno, yo un poco), observamos como esas bellas personas de organización nos evadían de nuestra situación privilegiada porque tenían que montar las entradas.
Me cago hasta en tu puta vida, has tenido 3 días para montarlas y la montas a las 12 de la mañana, hijos de la mierda.
La cosa fue así, a la una, aún no habían acabado de montar las entradas, hora donde seguía llegando gente a los alrededores del estadio, poniéndose inmediatamente detrás nuestra.
Las buenas intenciones que en principio pretendíamos mantener se volatirizaron según nos dieron la señal de que ya podíamos aposentarnos en nuestros respectivos puestos.
Al final conseguí entrar el quinto de la fila, cosa no mala ni mucho menos si observávamos hacia atrás y veíamos a 10.000 personas haciendo cola por toda la calle Goya (creo).
Las cervezas seguían corriendo, acompañando de meadas (y otras cosas que no son meadas) en los baños del Corte inglés, ese día lleno de melenudos de mierda que únicamente llevaban la intención de miccionarles encima a todos ellos.
Finalmente llegaron las 6 y mierda de la tarde, y con ello el populacho se enerbó, observando a los abridores de puertas y miradores de entradas. Hasta las 7 no abrieron puertas.
Y aquí comienza uno de los episodios bizarros de la noche, aunque no tando como lo de después del concierto, que en su blog relatará Pucho (imshalashaska).
Lleno todo de seguratas que parecía que en su boca solo tenían las palabras (si correis no pasais), la gente hizo mutis por el forro de los cojones, y tras sortear a varios de ellos y esquivar a algunos otros teniendo que andar lento para luego correr como hijo de puta, me postré en la cuarta fila, a 3 metros del escenario, aunque finalmente acabase en segunda al lado de Pengo.
Tras una espera no muy larga, en la pantalla apareció el nombre de los teloneros The Answer.
Conciertazo de esta gente, que con dos discos, uno de ellos muy muy reciente, es de las mejores cosas que he oído en mucho tiempo, y gente a la que seguiré si siguen en esta onda.
Con rollo muy Led Zeppelin (el cantante era Robert Plant de joven) y mezcla de Whitesnake empezaron con Come Follow Me, y luego fueron intercalando canciones del nuevo y del "antiguo" disco, Not to let, Ask no Questions... finalizando con Under The Sky, para mí su mejor tema, finalizando un, aunque breve, muy muy buen concierto de los Questions estos.
Me sorprendió lo poco que tuvimos que esperar hasta que empezó AC/DC, apenas media hora... un 10 a los pipis de AC/DC.
Así, con una cacho de introducción a modo de vídeo con el motivo del trenecito y eso, empezó el pedazo de concierto que se marcaron (adjunto vídeo del vídeo, valga la redundancia, del ya mencionado vídeo):
Soy un moderno. O eso dicen. Es decir, me mola todo lo antiguo: los vinilos, los libros del novecentismo, las películas y fotos en blanco y negro y las gafas con un cristal más grande que mi cara. Y los pitillos, pero no los de fumar. Ah, y odio a Benito Pérez-Galdós.